LA CARTA

Hace unos días fui a un servicio público con mis dos hijas, una en brazos  y la otra de la mano, debía llenar unos formularios y dejarlos. Antes de salir y Mientras preparaba el bolso en la casa Julieta (la de 3) me preguntaba que adonde íbamos, que a qué, que por qué y luego me preguntó si ello podía igual dejar una carta a la “señora”. Entonces preparó algunos papeles ( que siempre guarda). Cuando ya estábamos en el lugar y habíamos terminado el tramite me agache a abrigar a Julieta y entonces ella preocupada me dice que aún no ha entregado su carta, entonces rápidamente busqué con la mirada alguien que no se fuera a molestar con el hecho. Lo que vi (desde abajo) fue un poco deprimente; mesones altísimos donde no se divisaban ni una sola mirada al pararme no encontré nada mejor, sólo caras de “en estos momentos estoy tan tan ocupado que ni se le ocurra molestarme a mi”. Entonces vi entre los que esperaban su turno a una mujer con cara de abuela que ha pasado por todo y me acerque con sonrisa y cerrándole un ojo le dije que mi hija le traía “la carta”. Ella la recibió muy amablemente y Julieta dio por terminada su misión.

Ese hecho me sucede bien a menudo, cuando pienso en cómo está construida nuestra vida de acuerdo a nuestras necesidades y jamás de los jamases nos ponemos a pensar en las necesidades de ellos, de los niños. Hoy vislumbre una luz al final del túnel,  tuve la gratisisisíma oportunidad de escuchar al pensador Francesco Tonucci, creador del proyecto “Ciudad de los niños”. Una idea maravillosa en la cual las ciudades (que se comprometen con esta locura), moldean su ciudad en torno a los niños, es decir se piensa la ciudad desde la visión de los niños, y mas aún, se les pregunta la opinión a ellos ¿pueden creerlo?, así es. Se organizan consejos de niños en los cuales son ellos los que proponen (ojala decidieran), ideas y cambios a realizar en su ciudad.

Y bueno digo que es una locura por que en las palabras suena hasta bonito, pero mi pregunta es ¿qué tan dispuestos estamos como comunidad a escuchar a los niños?. Y digo sólo a escuchar por que de ahí a hacerles caso mejor ni pregunto. Soy bastante negativa al respecto y lo peor es que soy una negativa soñadora, o sea no creo en que estemos tan dispuestos a esto, pero me daría por vivida si algún día veo que se logra.

Imagínense  nomás lo que sería (los invito a soñar conmigo):

*Niños caminando solos a la escuela, solos y tranquilos, acompañados quizás de otros niños, tomando buses, sorteando obstáculos, probando rutas diferentes, imaginando quizás que historias en su mente…

*Niños jugando en los pasajes de sus casas a cualquier cosa, la pelota, escondido, el tombol (se acuerdan del tombol?), el escondido chino (de ese si se acuerdan no?), en fin jugando tranquilos, felices sin miedo.

*Niños conversando con adultos extraños, aprendiendo de ellos y con ellos en el supermercado, en el banco, en cualquier parte, niños que hablan y son escuchados.

*Niños pequeños caminando por las calles sin prisa de nadie, con tiempo para recoger piedritas, saltar, correr, sentarse en el pasto, disfrutando del camino, no de la llegada.

*Niños llorando (porque lloran nomás) en lugares públicos, con un adulto a su lado que lo contiene, sin miradas inquisidoras, sin juicios absurdos, madre y niño con su rollo.

Y esto es sólo lo que se me ocurre soñar a mí por que si les preguntásemos a ellos me temo que la lista sería tremenda. Y en esto Tonucci es valientemente realista, lo que se agradece en tiempos de tanta receta fácil para padres y educadores, (recetas que por supuesto no sirven para nada). Él nos aclara que si queremos hacer una ciudad de veras para los niños, hay que escuchar a los niños.

 Y escucharlos requiere de una agudeza especial que sólo algunos logran, y aquí explica que el mundo de los adultos le ha enviado a el mundo de los niños (desde que nace el pobre) que  si se comporta como niño no va a ser escuchado, entonces si de pronto se comporta como un adulto ya verá como si es escuchado. Entonces tenemos niños que se convierten en expertos para determinar qué es lo que el adulto quiere que él diga, y con cada elogio que recibe de vuelta se agudiza más su percepción. Y aquí es donde lamentablemente poquito a poco se va alejando de los que él piensa realmente y lo peor es que se va alejando también de lo que siente.

¿Y ahora qué hacemos con estos niños que nos engañan con el único inocente propósito de recibir nuestra aprobación?

Tonucci nos da dos pistas. Primero nos propone dejar de pensar en los hijos o alumnos como una propiedad privada y sobreprotegerlo de la manera que sobreprotegemos todo lo que nos pertenece, es decir rejas, reglas, limites y más límites. Nos invita a soltar al niño y devolverle a los espacios públicos. Por que en la medida en que el niño es visto por todos como un “bien” público, todos nos hacemos cargo de su protección. Y lego nos da la segunda pista; “sincerar el dialogo” llegar a comunicarse con el nño de manera que se nos presente tal cual es… y bueno esto  y más lo dejare para otra entrada porque es tan interesante que da para mucho.

Me cambiaron a mi hija

Ayer mi día un fue un tanto diferente ya que mi hija extrañamante despertó (y se mantuvo durante todo el día) con una actitud muuuy inusual en ella: Julieta dócil y vulnerable, callada, obediente, es decir "OTRA NIÑA". mi mente comenzó a desarrollar todo tipo de hipótesis desde una repentina maduración emocional hasta algún hecho que le haya sucedido y del que no me diera cuenta. Al final del día se despejaron las dudas... Claro estaba incubando un virus la pobre y terminó vomitando todo lo que pudo.
Hoy ya está mejor pero el hecho me ha llevado a reflexionar acerca de la conducta que presentamos instintivamente como especie cuando nos encontramos débiles y vulnerables. Mi hija es muy pequeña como para reaccionar de manera complaciente a propósito y así generar una reacción de protección de mi parte. Fue su propia naturaleza la que le llevó a mostrarse dévil y servicial con el fin de requerir mayor protección y cuidado.

Me pregunto que ocurre cuando un niño presenta estas características de manera habitual, es decir cuando su obediencia y sometimiento frente a los demás es casi un rasgo de su personalidad, cuando carece de todo tipo de herramientas para ser el mismo y busca en cada uno de sus actos la aprobación de mamá o papá.¿No es a veces el niño perfecto, el ideal de hijo?, aquel que obedece, que hace lo que le pides, que dice hola, Chao, gracias, perdón, porfavor, permiso...., el que se come hasta el último trozo de lechuga que decidimos poner en su plato aunque su estómago hace rato le decía basta, aquel que se acuesta sin necesidad de tanto cuento y acurrucos por que entiende perfectamente que mamá y papá han tenido un día terrrible, ese que jamás levantaría la mano en clases para contradecir al profesor y que al contrario nos lo imaginamos contestando justo aquello que el profesor espera.

Claro que cuando buscamos todo este tipo de conductas en nuestro hijo no estamos pensando en que sea un niño standard pero sí buscamos que sepa comportarse en sociedad, que sea aceptado y no rechazado, que nos haga la pega un poco más fácil . ¿No es contradictorio todo esto?; no queremos que sea igual que el resto, no queremos que a los quince años se tire del quinto piso por sus amigos también lo hacen, pero a menudo le enviamos el mensaje contrario.

No saben cuántas veces me he encontrado en este dilema. Debo reconocer que lamentablemente a veces hay que caerse mil ochocientas veces para ver las piedras en el camino. Pero vamos mejorando... con mis años de crianza y otros tantos de educadora alguas cosas ya me van quedando claras y quizás la más importante de todas y la que me gustaría dejarles de mensaje (paque no piensen que me dedicare a puro quejarme de lo mal que lo hacemos, es que hay que confiar en los niños y no imponer por imponer, mientras uno vive la vida ellos nos observan, tooooooodo el rato, nos huelen, escuchan, saborean e internalizan lo que hacemos, decimos, no hacemos, miramos, todo.

No hay mayor educación que ser uno mismo lo que esperas de tus hijos, ellos te seguirán como los patitos siguen a mamá pata aunque ella nunca les ordenó que así lo hicieran. Cuando encuentren el momento (y lo necesiten) repetirán lo que vieron o tendrán la suficiente seguridad para crear su propio comportamiento, ser ellos mismos porque así han sido siempre.
Como ven un cólico puede dar para mucho
No todo se entiende a la primera...
Como primeriza entro a aclarar algunos malos entendidos y responder a comentarios:

*la definición de "LA MAMIFERA" es una definición idealizada que no corresponde perfectamente a mi persona, pero sí a una especie que poco a poco se está apoderando de mí y a la cual no pongo resistencia, pero claramente (y podrán dar fe quienes me conocen) no cumplo con todas aquellas carcterísticas aunque avalo cada una de ellas.

*me he percatado que hubo quienes prefirieron enviarme comentarios a mi Mail y supongo que no vieron cómo hacerlo en el blog, entonces les explico los pasos:

1- pinchan en comentarios
2- escriben su comentario
3- En "publicar como" se señalan como "anónimo" (o cuenta gmail si la tienen)

*si no desean comentar pueden suscribirse y recibirán las próximas entradas en su Mail.

*agradezco las sugerencias como el color de la letra,etc. Y cómo se aprecia la he cambiado.

Y bueno cómo ven sólo me tome un tiempito para hacer de este un mejor espacio de encuentro. Ya se Viene una buena entrada.

Lo primero es lo primero...

Queridas blogeras.. Sé que soy una perfecta desconocida pero no ustedes para mí, he estado hurgueteando en sus casas, en sus pensamientos y en sus experiencias todo lo que ustedes me han dejado. Son el motivo y la inspiración para lanzarme en esta aventura y en parte es una devuelta de mano. Es por eso que deseo de todo corazón que se den un tiempito para mi, para compartir esta locura de ser madre y mamífera.

Y también darles la bienvenida a mis amigos y familia a la que he invitado también a este espacio. Mi tiempo libre es escasísimo, tengo tres hijos de diferentes edades, dos de las cuales comparten el día completo conmigo (mi mayor orgullo), pero intentaré estar lo más que pueda aquí.

"LA MAMIFERA" es una especie humanoide rarísima les daré algunas claves de su comportamiento para que les identifiques:

* le gusta pasar muuuucho tiempo con sus crías y se niega a dejarlas en guarderías (es capaz incluso de dejar su trabajo para estar con ellas)
* cuando una de sus crías desea algo ella solo se dedica a observar como intenta alcanzarlo y raramente interviene.
* debido a lo anterior sus crías suelen tener mas de un rasmillón o características anormales como cortes de pelo exóticos o llevar ropa que no convine.
*le gusta llevar a sus crías en brazos y gusta mucho de hacerles cariño.
* no aplica sanciones o castigos ante un mal comportamiento, es más no cree en el mal comportamiento.
*por lo anterior, las crías son más expresivas y se les puede observar muy eufóricos o muy enojados (pataletas) lo que "la MAMIFERA" lo atribuye a que no tinten miedo a demostrar sus emociones.
*Deja a sus crías que se alimenten con lo que necesitan y no con lo que que se les sirve.
*cree que los post natal debieran durar 1 año en cualquier país, sin medir las consecuencias económicas, ya que cree que la única inversión que vale un esfuerzo monumental es la crianza feliz. Cree incluso que esta inversión puede llevar a tener un país más desarrollado a nivel humano (y por ende más rico en todos los demás aspectos).
* por último y quizás lo más característico de esta especie es que podrás verla con sus crías revoloteando muy cerca de ella y no demostrar descontrol. Dan la sensación que lo disfrutaran,incluso que es su opción (no su deber).

Si en algún momento te encuentras de frente con esta especie, no es recomendable intentar cambiar su comportamiento a través de juicios, comentarios ni menos consejos. Ella se encuentra en un estado tal de plenitud que cree que su "extraña" manera de criar es normal. Si aún así usted insiste en dar su opinión puede que ella no conteste nada por que por lo general no tienen interés en conquistar la opinión de los demás, aunque sí buscan espacios en común con otras "mamíferas".