Acerca de lo esencial

Desde hace un tiempo que dejé de cuestionarme acerca del dilema "¿escuela o no escuela?", resolviendo lo que es obvio, sin embargo cuando esta pregunta se cerro con un definitivo "crecer sin escuela sí es posible" comenzaron a surgir en mí veinte mil (o más) dudas acerca de qué enseñar si es que algo se debe enseñar.

Y ha pasado un tiempo desde que comenzó ese viaje sin retorno de dudas y más dudas. Es como haber salido de la seguridad del hogar a un mundo que es tan incierto pero mil veces más real que la casa que habitaba toda calentita y con todo servido. Este viaje es angustiante y placentero a la vez y diga lo que diga de él  ya no hay forma de volver a creer en aquello que no existe como tal. La educación formal para mí ha desaparecido como opción y no me queda otra que formar un "algo" en que sostenerme.

Y es así como he comenzado sin predeterminada teoría a intentar descubrir lo esencial de una verdadera enseñanza, lo hago  con  lo que la vida cada día me entrega como certezas, es decir pensando sobre lo cotidiano, la pura observación de lo que mis hijos hacen, dejan de hacer, dicen, lo que los mueve y lo que no. Agregando, por supuesto lo que vivo yo como mamá, como mujer, lo que leo, lo que veo y escucho de otros más sabios que yo, lo que aprendo de todo lo que me rodea.

No he llegado a grandes conclusiones, pero sí a una pequeña y lo que me mueve hoy a compartirla es la alegría de creer que es cierta. Señoras y señores..."EL ESTÍMULO ES LO QUE GENERA APRENDIZAJE". Qué tipo de estímulo, cuándo, dónde, desde dónde, etc.... es lo que intentaré explicarles y explicarme. Lo único que por ahora puedo adelantar es que todo aprendizaje parte desde un estímulo y nosotros somos demasiado responsables de los estímulos que reciben y que no reciben nuestros hijos.

Si el espacio que mi hijo habita tiene estímulos, si carece de ellos, si son demasiados, si no son de su interés, sin debe descubrirlos o si son tan obvios que dejan de ser estímulos... todo eso es lo que por ahora me encuentro formulando como una teoría que puede ayudarme en mi búsqueda de lo esencial y porqué no? puede que ayude a otros. Les dejo más dudas que certezas lo sé pero vamos de apoco que nadie descubrió nada que valga la pena en poco tiempo.

Des-cubrir


"EL ÚNICO VERDADERO VIAJE DE DESCUBRIMIENTO CONSISTE, NO EN BUSCAR NUEVOS PAISAJES, SINO EN MIRAR CON NUEVOS OJOS"

Marcel Proust

Cambiar la mirada no es fácil, me ha sucedido en algunas ocasiones y es maravilloso cuando logramos ver más de lo que creemos no tiene más. Parece que no hacen falta recursos, tiempo ni condiciones especiales para conocer, para aprender, para crecer. La vida es lo que es y cuando nuestra mente se despeja para verlo sin más, parece que la realidad se vuelve infinita y múltiple. Llenar a los niños de estímulos para que conozcan "más", es en definitiva no dar el espacio para que vean de verdad las posibilidades de un sólo objeto o lugar.

 Siempre me llamó la atención un extraño efecto que se produce en la sala de clases cuando un niño saca de la mochila un objeto, que a simple vista puede parecer de lo menos novedoso, un palo encontrado en el camino incluso. Pero al ser el único que se sale del contexto, se convierte en "el estímulo", y las posibilidades del mismo se vuelven infinitas, la imaginación se expande a todo dar y la cosa esa brilla por cuanta propia. ¿Qué le pasó a la cosa que logra tener tanta vida por un instante?. Pasó que volvieron a mirarla pero con nuevos ojos y la des-cubrieron de la única función que hasta el momento eran capaz de darle, la resignificaron.

Aunque esto ocurre por necesidad, claro está, puede ocurrir también por opción, es decir, dejar que ellos potencien cada cosa y lugar, que resignifiquen cada experiencia,  es también darles la posibilidad de hacerlo. Dejarles el tiempo suficiente para ello, dejar que les aburra y les vuelva  a conquistar, dejar que no interfieran otros estímulos. Darles libertad de la más pura, no la libertad de llevarlos a mil lugares y mostrarles el mundo entero, sino la libertad de que en un sólo lugar descubran el mundo entero.
"La paternidad es mucho mas sencilla cuando uno se da cuenta de que los niños ya vienen diseñados para florecer cada uno a su manera". 
Noemi Aldort

Este sencillo mensaje es una filosofia de vida, es una invitación a la liberación. Los padres pensamos que el tener seres humanos a nuestro cargo por una cantidad de años significa hacer de ellos "algo". Y muchas veces tenemos ese algo bastante definido, otras veces no sabemos bien qué es ese algo pero sí tenemos la certeza que debe responder a una imagen bien parecida a uno mismo, 

Nos pasamos la vida con un como un espejo frente a nosotros que nos hace sentir más cómodos a la vez que nos estorba, nos impide ver la realidad tal cual es. El espejo es lo bastante cómodo como para no correrlo, todo es conocido, la forma de pensar, de vestir, de hablar, de moverse, etc., siempre que el reflejo sea una proyección de nosotros mismos. No lo queremos apartar de nuestro camino,  vemos la realidad a través de él. Intentamos fijar nuestro espejo como si estubiese sobre una pared, lo clavamos a ella una y otra vez pero es imposible porque el espejo pende de dos endebles hilos y muchas cosas suceden que lo hacen tambalear, alguien pasa a nuestro lado y lo roza con el hombro, entonces el reflejo se tambalea haciendonos perder el control.

A veces no somos muy concientes que lo que hacemos cuando decimos que estamos educando o criando es mirar a los hijos como un reflejo de lo que somos nosotros. Podemos pasarnos la vida mirando la realidad completa como una escena que debe calzar con nuestro ser. De esta manera acomodamos "TODO" para hacer de aquel espacio (el escenario de nuestras vidas), el lugar ideal para estar, para ser. Acomodamos la escena, elegimos la intensidad de luz, el ruido ambiente, el aroma ideal, sacamos lo que estorba, lo sucio, lo roto, lo feo, nos aprendemos el parlamento, tomamos aire, y comenzamos con el show.

Pero siempre habran hechos, personas, inesperados, accidentes, frases, ruidos, imagenes, etc., que nos estorben, que aparecen justamente como oportunidades para despertar, para abrir los ojos, para darnos cuenta que nunca, jamás la realidad será como queremos que sea, porque la realidad simplemente es, solamente sucede. 

Y suceden las personas, suceden las situaciones, suceden los inesperados, entonces los hijos se rien cuando tienen risa, tu jefe te hecha porque se terminó la pega o porque simplemente le caías mal, tu perro se muere porque no pudo con la enfermedad, la nieve comenzó a caer sin parar, a tu hija no le gusta el vestido que le regaló la abuela, etc, etc, etc.... Toda la vida es una inumerable cantidad de etcéteras. Y muchos no despertamos jamás, seguimos mirando esos sucesos descontrolados como trizaduras  de nuestro propio espejo y nos molestan de sobremanera porque estorban en la visión de nuestro reflejo. Sucesos descontrolados designadas para hacernos sufrir. 

Y entonces sufrimos. Y podemos llegar a ser tremendamente infelices porque no somos jamás capaces de tener el control de la escena. Pero podemos sufrir solos o podemos hacer tambien sufrir a los que tenemos a nuestro lado y a veces parece que es mejor sufrir acompañados porque de lo contrario estariamos fallando en algo. Si estamos solos sufriendo mientras a los otros parece que todo les calzara, entonces seriamos doblemente desdichados, en cambio si sufrimos de manera colectiva seguimos siendo las victimas de los designios iincontrolables del destino. Víctimas de la realidad que juega con nuestro espejo, lo balancea de un lado a otro para hacer aparecer ante nuestros ojos otras realidades o la única verdadera realidad, aquella en la cual no hay frente a nosotros muchos yo, hay seres diferentes, hay otras voces que nuestro oído se ha negado a escuchar, hay formas y colores que nuestros ojos se han negado a ver, hay texturas y sabores que nuesteas manos y paladares se han negado a sentir.

Por eso creo que la crianza puede ser una invitación a vivir mas libres.     Porque es cotidiana, es pura realidad. Los niños no tienen escenario, ni parlamento, viven en una constante improvisación de ellos mismos, descubriendose a si mismos. La crinaza esta llena de vida, de colores, de sonidos, de olores, de sabores, de texturas, se presenta de infinitas formas, tantas como las permitamos, y cada forma esta impregnada de una carga emocional que la hace mas rica aún. Los niños lloran, se rien, exigen, escuchan, prueban, cantan, hacen ruidos. Es así como una niña que se hizo pipi en el paseo a la plaza puede ser tantas realidades como nos permitamos ver. Puede ser una niña clamando nuestra atención o puede ser una niña jodiendonos el paseo a la plaza. Un niño que molesta a sus compañeros de clase puede ser un niño clamando afecto y atención o puede ser un niño jodiendonos la planeada escena donde todos los alumnos habriam de entender el concepto.

Pero muchas veces nos aprovechamos de esa maravillosa etapa y ante la falta de planeación , del cómo vivir la vida aplicamos una dictadura de ideas, damos formas a todo lo amorfo. Lo hacemos por comodidad porque nos descompone lo sin forma. No tenemos la paciencia del jardinero que se limita simplemente a regar las flores y luego se sienta a esperar que crezcan. 

Ser jardinero puede ser un viaje lleno de imprevistos, de inseguridades, puede ser un eterna domesticación del ego y en ese sentido puede parecer que no sea tan agradable. Pero todo ese sacrificio lo llevará a vivir la experiencia más gratificante de su vida, disfrutar de la maravillosa escena cuando esas flores que regó con paciencia y respeto, desplieguen sus propias formas, colores y olores, sean como quieren ser.

Les invito a ver la crianza como una gran oportunidad. La oportunidad de hacer mierda el espejo para encontrarnos de frente con lo vida tal cual, y experimentarla desde lo que es, y así descubrir quizás que nosotros tampoco somos lo que veíamos reflejado frente a nuestros ojos.
Anoche tuve la posibilidad de ver el documental "El edificio de los chilenos", de Macarena Aguiló. Una tremenda historia (real autobiográfica), completamente desconocida por la mayoría de los chilenos, de la época de la dictadura. Cuenta la infancia de 60 niños, hijos de hombre y mujeres miristas, que luego de haber sido exiliados junto a sus padres, debieron quedarse en Europa al cuidado de 20 adultos voluntarios del Mir, dando vida al "Proyecto Hogares". La idea del proyecto era que en la "Operación Retorno" (en la que volvieron miristas a chile en la clandestinidad), pudiesen regresar tanto hombres como mujeres... Y como muchos de éstos tenían hijos, debían dejarlos por su "seguridad" en Europa.

El documental narra a través de testimonios, cómo se las arreglaron tanto los adultos como los niños que se quedaron, para hacer una vida lo más normal posible, pasando por un proyecto en comunidad en Bélgica en donde el foco estaba puesto claramente en los niños hasta una vida en un edificio en Cuba, donde pasaron la mayor parte de su infancia (algunos más de 7u8 años), recibiendo cartas de sus padres, recibiendo noticias trágicas de los decesos de algunos de ellos, recibiendo una educación comunista en Escuelas Cubanas, recibiendo el cariño de sus "padres sociales" y la compañía de sus "hermanos sociales, con quien formaban una familia. Según los relatos que transcurren, se da cuenta que la experiencia fué tremendamente diferente para cada niño y lógicamente estaba designada por lo que cada niño era (emocionalmente hablando). Hay quienes no son capaces de justificar aún tamaña decisión de un adulto frente a su rol materno/paterno, y otros no se sienten siquiera con el derecho de cuestionarla, ya que les bastó con reencontrarse con ellos vivos. Y por el lado de los padres la cosa no es muy diferente, se observa el testimonio de un padre que no se explica a sí mismo como fue capaz de dejar a su hijo de ocho meses, lactante aún en manos de otros para hacer frente a sus ideas políticas y por otro lado una madre (la madre de Macarena), que se refiere a los sucesos casi con una distancia indolente de hechos ocurridos hace mucho que seguramente no se permite cuestionar, ni justificar, menos perdonar, perdonar qué? si no hay juicio de aquellos, era lo que había que hacer.

Lo que logra equilibrar tanto caos, tanto desorden emocional, tanto extremismo, es la posición de Macarena, una niña que vivió la experiencia sin cuestionamientos éticos pero con grandes vacíos afectivos. Si no es porque ella cuenta la historia no sería posible verla sin querer acribillar a esos padres con garrotes de moralidad. Si no es por que ella la cuenta no sería posible entender nada.

Una vez más están los niños rescatando a los padres de sus propios juicios de crianza, ellos quienes tienen la capacidad infinita de amarlos, a pesar de todo abandono, de amarlos a pesar de la ausencia, de amarlos a pesar de las carencias, a pesar de los vacíos, del sutil maltrato que se esconde en la no presencia, de la mezquindad de saberse indispensable como hombre o mujer pero no como padre, amarlos a pesar de su egocentrismo ideológico, amarlos a pesar de no haber sido bien amados. Sé que es muy difícil decir lo que es el bien y el mal, sé también que todos los niños del mundo sienten de alguna u otra forma el abandono, pero cuando el abandono físico se transforma en desición conciente, cuando se llega a él por una decisión individual me es imposible quedar ajena al juicio moral y al repudio total de aquella falta.

Me cuestiono también el tema del abandono. De cuántas vecer organizamos toda una institucionalidad para concientizarnos a nosotros mismos que debemos dejarlos la cuidado de otros por "su bien". Creo que jamás será por su bien y si es cierto que en la mayoría de las situaciones existe una real necesidad de hacerlo, es sano estar consciente que nunca es por su bien, porque su bien está a nuestro lado y en eso creo que las mujeres que trabajan con sus hijos al hombro nos llevan años luz de sabiduría.

El abandono es pan de cada día en nuestra sociedad, las salas cunas, las nanas, y las guarderías son un mal necesario, tanto que ya no son cuestionables, hacerlo es como retroceder en la historia, es cuestionar el rol de la mujer actual. Es extraño como nos redefinimos como mujeres desde una perspectiva individual y cómo decidimos separarnos de nuestro rol materno, como si fuese algo lejanbo, antiguo, pasado de moda. Es extraño hasta ese punto pero se vuelve ilógico cuando comenzamos a extremar la posición de mujer proveedora, cuando el hacerse cargo de la total crianza de los hijos es vista como peligroso. Y esto es cada vez más cierto, hace unos meses un siquiatra me dijo que si yo no mandaba a mi hija de 9 meses a la sala cuna le estaba haciendo un daño.

Y el cuento que sostiene este discurso incluye por supuesto transformaciones de lo que involucra la crianza; los niños deben socializar con sus pares, estar estimulados por espacios diseñados para tal efecto, tener rutinas extremadamente organizadas, aprender cada vez más temprano a leer, a contar, los colores, las formas, e innumerables etcéteras de información, y como el cuento siempre debe terminar con un final feliz exterminamos cualquier rezago de duda diciendo que es más importante la calidad del tiempo que la cantidad, dando por sentado que ambas ya no pueden ser contadas en el mismo cuento.

El "Edificio de los chilenos", está al alcance de todos, no es muy diferente que otras instituciones dedicadas a la crianza de nuestros hijos y el mazazo de moralidad está también sobre todos los que que acudimos al edificio a él, dejando a nuestros hijos bajo ciertas directrices de cómo creemos que deben formarse como personas y como ciudadanos, mientras cumplimos nuestro rol proveedor, ya sea en busca de un sustento económico, de un desarrollo personal o de un sueño ideológico.
Para comenzar a análizar este libro intentaré hacer un comentario general. Si lo tuviese que resumir en tres palabras "leelo por favor", si tienes hijos por favor a tus hijos, si no los tienes por favor al mundo infantil que nos rodea a diario (y que tantas veces ignoramos).

Este libro entrega una propuesta de crianza tan radicalmente respetuosa hacia los niños que a ratos parece sacada de otro planeta, sin embargo es una propuesta demasiado lógica y de sentido común, tanto que no tuve jamás diferencias de opinión con la autora, lo que se hace difícil cuando nos están dando pautas de como criar a nuestros hijos. Es muy cercano ya que la autora habla no sólo desde su perspectiva de terapeuta, sino que más desde su experiencia como mamá. Plantea un método (típico de los yanquis) que aunque tienes sus pasos y siglas es muy interesante para aquellos momentos en que la crianza nos pone en aprietos; pataletas, angustias, peleas entre hermanos, pares, demandas, etc.

Lo malo es que conseguir el libro fue todo un parto. Finalmente lo compramos por internet y aunque demoro como dos meses en llegar, llegó. La compra se puede hacer en la página de "crianza natural".

Bueno ya pronto buscaré algunas citas de aquellos episodios que más merecen ser compartidos. Y junto con hacer mi propio comentario sería ideal que quien pueda haga el suyo también.