Des-cubrir


"EL ÚNICO VERDADERO VIAJE DE DESCUBRIMIENTO CONSISTE, NO EN BUSCAR NUEVOS PAISAJES, SINO EN MIRAR CON NUEVOS OJOS"

Marcel Proust

Cambiar la mirada no es fácil, me ha sucedido en algunas ocasiones y es maravilloso cuando logramos ver más de lo que creemos no tiene más. Parece que no hacen falta recursos, tiempo ni condiciones especiales para conocer, para aprender, para crecer. La vida es lo que es y cuando nuestra mente se despeja para verlo sin más, parece que la realidad se vuelve infinita y múltiple. Llenar a los niños de estímulos para que conozcan "más", es en definitiva no dar el espacio para que vean de verdad las posibilidades de un sólo objeto o lugar.

 Siempre me llamó la atención un extraño efecto que se produce en la sala de clases cuando un niño saca de la mochila un objeto, que a simple vista puede parecer de lo menos novedoso, un palo encontrado en el camino incluso. Pero al ser el único que se sale del contexto, se convierte en "el estímulo", y las posibilidades del mismo se vuelven infinitas, la imaginación se expande a todo dar y la cosa esa brilla por cuanta propia. ¿Qué le pasó a la cosa que logra tener tanta vida por un instante?. Pasó que volvieron a mirarla pero con nuevos ojos y la des-cubrieron de la única función que hasta el momento eran capaz de darle, la resignificaron.

Aunque esto ocurre por necesidad, claro está, puede ocurrir también por opción, es decir, dejar que ellos potencien cada cosa y lugar, que resignifiquen cada experiencia,  es también darles la posibilidad de hacerlo. Dejarles el tiempo suficiente para ello, dejar que les aburra y les vuelva  a conquistar, dejar que no interfieran otros estímulos. Darles libertad de la más pura, no la libertad de llevarlos a mil lugares y mostrarles el mundo entero, sino la libertad de que en un sólo lugar descubran el mundo entero.